Los gobiernos electos que asumirán el poder en enero de 2025 tendrán una gran responsabilidad en sus manos: frenar y ordenar la expansión de sus localidades ante el creciente número de habitantes. El Instituto Mexiquense de casa Social (IMEVIS) ha dado a conocer la importancia de regular la casa y su construcción en el clase de México, y es tarea de los nuevos gobiernos locales tomar cartas en el asunto.
El clase de México es una de las entidades más pobladas del país, con una proyección de crecimiento constante en los próximos años. Esto ha generado una gran demanda de casas, lo que a su vez ha llevado a una expansión desordenada y caótica de las localidades. Muchas veces, la construcción de casas se realiza en zonas no aptas para ello, sin los servicios básicos necesarios y sin un plan de desarrollo urbano adecuado. Esto ha generado graves problemas de infraestructura, movilidad y calidad de vida para los habitantes.
Ante esta situación, el IMEVIS ha hecho un llamado a las nuevas administraciones locales para que tomen medidas urgentes y efectivas en la regulación de la casa y su construcción. Es necesario establecer un plan de desarrollo urbano que tenga en cuenta las necesidades de la población y que garantice una expansión ordenada y sostenible de las localidades. Esto no solo beneficiará a los habitantes actuales, sino también a las generaciones futuras.
Una de las principales acciones que deben tomar los gobiernos locales es la identificación de zonas aptas para la construcción de casas. Se debe evitar la construcción en zonas de riesgo, como laderas de cerros o zonas inundables. Además, se deben establecer medidas de control y supervisión en la construcción de casas, para garantizar que se cumplan con las normas de seguridad y calidad. Esto no solo protegerá a los habitantes, sino que también evitará la proliferación de casas irregulares y la corrupción en el proceso de construcción.
Otra medida importante es la implementación de servicios básicos en las nuevas zonas habitacionales. Muchas veces, la construcción de casas se realiza sin tener en cuenta la infraestructura necesaria, lo que genera problemas de abastecimiento de agua, drenaje y energía eléctrica. Los nuevos gobiernos deben asegurarse de que las nuevas zonas habitacionales cuenten con los servicios básicos adecuados, para garantizar una buena calidad de vida para sus habitantes.
Además, es necesario fomentar la participación ciudadana en el proceso de regulación de la casa. Los habitantes de las localidades son los más afectados por la expansión desordenada y caótica de sus comunidades, por lo que deben ser tomados en cuenta en la toma de decisiones. Los gobiernos locales deben abrir espacios de diálogo y atender las propuestas y preocupaciones de la ciudadanía, para poder tomar medidas efectivas y que beneficien a todos.
Es importante destacar que la regulación de la casa y su construcción no solo tiene un impacto en la calidad de vida de los habitantes, sino también en la economía de la región. Una expansión desordenada y caótica de las localidades puede generar un aumento en los costos de servicios públicos, así como en la congestión del tráfico y la falta de espacios públicos. Esto afecta directamente a la competitividad y el desarrollo económico de la región.
En este sentido, los nuevos gobiernos deben tener una visión a largo plazo y pensar en el desarrollo sostenible de sus localidades. Esto implica no solo regular la casa y su construcción, sino también promover el crecimiento económico y la creación de empleo en la región. Una comunidad bien planificada y ordenada es un atractivo para la inversión y el desarrollo, lo que a su vez beneficia a