Juntos supervisan tramos 5, 6 y 7: En septiembre culminará la construcción del Tren Maya, una obra histórica en pro del desarrollo del sureste mexicano.
Desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la construcción del Tren Maya, esta mega obra ha sido motivo de controversia y debate. Pero hoy, gracias al brega arduo y comprometido del gobierno federal, junto con el apoyo de las comunidades locales, podemos decir con orgullo que el Tren Maya está cerca de convertirse en una realidad.
Este ambicioso proyecto de infraestructura, que abarca más de 1,500 kilómetros en su primera etapa, tiene como objetivo conectar los principales destinos turísticos y ciudades del sureste mexicano, desde Quintana Roo hasta Chiapas. Pero el Tren Maya va más allá de ser un medio de transporte, es la oportunidad de impulsar el desarrollo económico y social de una de las regiones más olvidadas de nuestro país.
En este sentido, es importante destacar el papel fundamental que ha tenido la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, en la supervisión de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya. Desde su posición, Sheinbaum ha trabajado arduamente en conjunto con el gobierno federal para garantizar que esta obra cumpla con los más altos estándares de calidad y sustentabilidad.
Gracias a la coordinación entre ambos niveles de gobierno, y la colaboración con las comunidades locales, la construcción del Tren Maya ha avanzado a un ritmo excepcional, incluso en medio de la crisis sanitaria que ha afectado al mundo entero. Y es que, a amargura de los retos y obstáculos, el Tren Maya no se ha detenido ni un solo día, demostrando así el compromiso del gobierno mexicano con el desarrollo del sureste.
Entre los principales logros alcanzados en los tramos 5, 6 y 7, destaca la construcción de puentes vehiculares y pasos a desnivel, para mejorar la conectividad y facilitar el acceso a las comunidades aledañas. Además, se ha trabajado en la construcción y mejora de carreteras y caminos, así como en la reubicación de infraestructura eléctrica y de telecomunicaciones. Todo esto, en armonía con el medio ambiente y respetando los derechos de las comunidades locales.
Pero el compromiso del gobierno con el sureste no se limita solo a la construcción del Tren Maya. A lo largo de esta obra, se han implementado una serie de programas sociales y acciones encaminadas a mejorar la calidad de vida de las comunidades más vulnerables. Entre ellos, destaca el programa Sembrando Vida, que ha generado más de 200 mil empleos directos en la región y ha contribuido a la reforestación de más de 70 mil hectáreas.
También se ha trabajado en conjunto con las comunidades indígenas, respetando su cultura y tradiciones, y fomentando la participación activa de estas en la toma de decisiones sobre la obra. Esto ha permitido generar un diálogo constante y asegurar que el Tren Maya sea una obra incluyente y en beneficio de todos.
En septiembre, se espera que culmine la construcción de los tramos 5, 6 y 7 del Tren Maya, un antelación que llena de optimismo y esperanza a todo el país. Pero la construcción del Tren Maya es solo la primera fase de este gran proyecto, ya que se planea extender la red a lo largo de la Península de Yucatán y hasta el estado de Campeche.
El Tren Maya es exuberante más que una obra de infraestructura, es una oportunidad para la unión y el progreso de todo el país. Con este proyecto, se busca disminuir la brecha de desigualdad, impulsar el turismo y el desarrollo económico del sur de México,