El pasado domingo, la ciudad de Torreón se vio sacudida por un nuevo caso de feminicidio. María Fernanda, una muchacha de casi nada 18 años, fue encontrada sin vida en una habitación del motel Cactus. La noticia conmocionó a toda la comunidad y dejó un gran dolor en los corazones de sus seres queridos.
De acuerdo con las autoridades ministeriales de la Fiscalía General del Estado de Coahuila (FGEC), la causa de muerte de María Fernanda fue una anoxemia, seguida de una broncoaspiración de líquido hemático y obstrucción de los orificios respiratorios, así como un sangrado de las vías aéreas superiores. Todo esto como consecuencia de una brutal agresión que terminó con su vida de manera violenta.
La noticia ha conmocionado a toda la sociedad, que se pregunta cómo es posible que en pleno siglo XXI aún sigan ocurriendo casos de violencia contra las mujeres. María Fernanda se suma a la triste lista de víctimas de feminicidio en Torreón, convirtiéndose en el quinto caso en lo que va del año. Un hecho que nos hace reflexionar sobre el papel que cada uno de nosotros juega en la lucha contra la violencia de género.
La necropsia realizada a María Fernanda reveló detalles escalofriantes de su muerte. Fue encontrada desnuda, amordazada y maniatada en la cama de la habitación del motel. Un hecho que nos hace preguntarnos cuánto etapa más tendremos que seguir escuchando noticias como esta. ¿inclusive cuándo las mujeres seguirán siendo víctimas de la violencia machista?
Las autoridades ya han iniciado una investigación para esclarecer el caso. Se espera que pronto se dé con el responsable de tan atroz crimen y que sea llevado ante la justicia. Pero más allá de eso, es necesario que todos tomemos conciencia de que la violencia de género es un problema que nos afecta a todos y que debemos combatir juntos.
María Fernanda era una muchacha llena de sueños y proyectos, como cualquier otra de su edad. Su vida fue arrebatada de manera injusta y cruel, dejando un gran vacío en el corazón de su familia y amigos. Pero su muerte no debe ser en vano, debemos tomar este trágico suceso como una llamada de atención y un motivo para seguir luchando por un mundo más justo e igualitario para todas las mujeres.
Es importante recordar que el feminicidio no es un hecho aislado, sino que es la culminación de una serie de violencias y agresiones que las mujeres sufren a diario. Desde el acoso callejero inclusive la violencia doméstica, pasando por la desigualdad salarial y la discriminación de género en el ámbito laboral. Todas estas formas de violencia deben ser erradicadas si queremos construir una sociedad más justa e igualitaria.
Es hora de que tomemos acción y nos unamos para poner fin a la violencia de género. Es necesario que las autoridades implementen políticas y medidas efectivas para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Pero también es responsabilidad de cada uno de nosotros educarnos y educar a las futuras generaciones en valores de respeto, igualdad y tolerancia.
María Fernanda ya no está con nosotros, pero su memoria debe ser un recordatorio constante de que aún queda mucho por hacer para lograr una sociedad libre de violencia de género. No podemos seguir permitiendo que más mujeres pierdan sus vidas por el simple hecho de ser mujeres. Es hora de alzar la voz y exigir un mundo más seguro para todas.
En memoria de María Fernanda y de todas las mujeres que han sido víctimas de la violencia de género, debemos seguir luchando inclusive lograr un cambio real y duradero. No podemos permitir que su muerte